¡ QUÉ BESTIAS !

Por J. C. M.

Desde la antigüedad, ya había una fundación del Diablo para combatir la todavía no naciente Iglesia de Jesucristo.

Durante la "Plenitud de los Tiempos", al encarnarse el Verbo de Dios, y fundar Su Iglesia, el diablo, desde entonces anda rondando alrededor de las ovejas.

El Diablo, en el tiempo, no tiene conocimiento del futuro y fue colándose en las antiguas instituciones del pueblo de Israel hasta lograr consolidar su fundación en el año 40, en el Gran Sanedrín, en el llamado Salón de las Piedras Talladas.

Desde entonces, su función permanente es hacer la guerra a los cristianos. A través de la Cábala y el Talmud, instruyeron a sus corifeos para inocular un odio milenario a "Aquél" que lo confinó al infierno por rebelarse a los planes de su Dios y Señor.

En la actualidad, esta fundación diabólica, tiene en sus manos a través de sus Logias, el destino económico de las naciones.

Durante siglos ha estado presente en todas las persecuciones as la iglesia de Cristo. En el siglo XX tuvo mucha actividad durante la Revolución Rusa de 1917, la Primera Guerra Mundial, la Guerra Cristera en México y durante la Guerra Civil Española, que fue un verdadero genocidio católico.

En el presente, está muy activa en la China Comunista y detrás de todo el movimiento Globalista de Izquierda radical. Lo anterior sólo ha sido para dar algunos rasgos de esta obscura e infernal fundación.

Una de sus características más relevantes es su odio a la Iglesia Católica, ensañándose en sus templos e imágenes. Cuando empiezan a "arder sus catedrales" y destruir sus imágenes sagradas es un signo inequívoco de una ardua labor de descristianización de la sociedad a través de la educación y la política.

Cuando el pueblo no reacciona a estas provocaciones y lo toma como un hecho cotidiano, ha perdido su fe y su religiosidad y Dios lo permite por haber llevado a miembros de esta fundación al poder político de las Naciones.

Y todos estos actos de violencia contra la Iglesia es un signo de su transigencia y tolerancia con los enemigos de la fe. "Cada pueblo tiene el gobierno que merece". Bajo esta premisa, hay que hacer notar que el fenómeno es casi universal y que los tiempos que vivimos son los últimos según las Sagradas Escrituras.

Se avecinan tiempos obscuros y amargos para los cristianos; la fundación está más fuerte que nunca porque se nutre de la tibieza, la indiferencia y la apostasía de sus fieles.

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