“DOCTOR MELLIFLUUS”. Boca de miel.
"DOCTOR MELLIFLUUS". Boca de miel.
EL NIDO DE "EL COMEGÉN"POR dosBWRadio
-¡Hola! Bienvenidos caros radioescuchas a este su Programa favorito, "El Nido de "El Comegén" por dosBWRadio, en el 1.618 del cuadrante de su Radio, donde hoy se debaten los temas torales de la existencia humana. Los dejo con nuestra compañera Andrómeda, que estará a cargo de la entrevista del día de hoy... Le paso el micrófono a nuestra Conductora...
-Gracias, gracias, Arquímedes por abrir este Programa... Bienvenidos todos nuestros radioescuchas que están pendientes de las experiencias del Comegén por tierras galas. Hoy no habrá presentación del vino de honor ya que este Programa es una continuación del anterior, en el que estamos entrevistando al Maestro "El Comegén", y se beberá y brindará con el vino de Borgoña ya presentado por nuestro maestro y amigo, "El Comegén". Que pase por favor. Maestro, toma asiento y préndete el micrófono de la solapa (aplausos, aplausos). Decíamos ayer que te encontrabas en los pasillos de la centenaria Abadía en Claraval, cuando de pronto todo se obscureció y en tu afán de saber qué pasaba, seguiste el crepitar de una bujía encendida al fondo del pasillo... ¿Es correcto, Comegén?
-Afirmativo, Andrómeda... Dicho esto, me asomé por la puerta iluminada con muchas bujías de aceite que impregnaba el ambiente con el aroma de resinas de coníferas... y de pronto veo un escritorio cubierto de libros y papeles, en el cual estaba inclinado una persona con una cogulla monástica blanca y parecía una antorcha que iluminaba todo el recinto. Las sombras alargadas que se proyectaban sobre las paredes le daban un toque místico a esta imagen...
-¿Y quién era este personaje encogullado que tanto te intrigó?
-Resulta que, al acercarme al escritorio de roble tallado austeramente, levantó su cabeza y pude ver unos ojos encendidos que se fijaron inquisitivamente en mí y me dijo: "Pasa, Comegén, te esperaba; sed bienvenido a este Monasterio construido por mis manos...". Yo, asombrado, no podía salir de mi estupor y frunciendo el ceño pregunté: ¿Qué broma es ésta?... ¿Quién apagó la luz?... ¿Quién es usted? -"¿No me reconoces, Comegén?... Soy Bernardo de Fontaine, reconocido en tu tiempo como Bernardo de Claraval". -Pero ¿Cómo? ¿Es una broma?... ¿Qué está pasando?... ¿Estoy dormido o soñando?... -"No, Comegén. Cuando entraste al Monasterio, y después de deambular por él, te sentaste en un banco y pediste en tu interior con mucha devoción, la posibilidad de hacerme una entrevista... ¿No es así? -Sí, pero ¿cómo? ¿Cómo sabe usted eso? -En el lugar que estoy, Comegén, todo lo que atañe a los hijos de Dios, lo sabemos si queremos, y tú tuviste un sano deseo de entrevistarme... Aprovecha el tiempo, estoy a tu disposición... (el Comegén sudaba y se le secaba la garganta. Al morder fuertemente su lengua y darse cuenta de que estaba despierto, decidió interrogar a Bernardo que sonreía beatíficamente sin ocultar que la confusión del Comegén" ... lo divertía. Y así empezó la entrevista:
-¿Qué es el Císter, Bernardo?
-El Císter es una restauración de la Orden Benedictina, inspirada en la Reforma Gregoriana, y fue fundada por Roberto de Molesmes en 1098, y su centro fue la Abadía de Citeaux.
-Y por qué se llama "Císter"?
-El lugar de la Abadía se llama Cistercium, que está próxima a Dijón, en la Cote-d´Or, en Borgoña. Se llama así porque el lugar era un páramo pantanoso que contenía agua, parecido a una cisterna.
-¿Y qué espiritualidad promueven, Bernardo?
-El ascetismo y el rigor litúrgico.
-¿Y cómo se diferencian?
-Por vivir a rajatabla la regla de San Benito de Nursia, por eso la túnica blanca, el escapulario negro y la Cogulla monástica blanca.
-¿Son conocidos en la historia como "Bernardos"?
-... Fue por aclamación popular, en favor de mi nombre. Además, son conocidos como Monjes Blancos.
-¿Por qué son oposición de los Benedictinos?
-Por los abusos, Comegén. Resulta que en la Abadía de Cluny, fundad en el año 909 por Guillermo I de Aquitania, Conde de Auvernia, la sociedad rural de entonces se vio sometida a los abusos por parte de los Señores Feudales. Desde Nicolás II a Gregorio VII, lucharon por eliminar los grandes vicios que sufría la sociedad cristiana, como la Simonía, el Nicolaísmo o poca ejemplaridad del clero -que no guardaba el celibato, y la investidura laica. Este sistema feudal afectó a los Monasterios, que eran objeto de la ambición de sus Señores y se adueñaban de ellos nombrándose Abades por lo que resultaba difícil en el siglo X encontrar en Occidente monjes que llevasen una verdadera vida religiosa. Por esa razón, en oposición a Cluny, llevamos la túnica y la cogulla blanca.
-¿Y cuál era el propósito de la reforma?
-Cambiar ese estado de cosas, observar rigurosamente la Regla de San Benito y guiar a los fieles hacia la Contemplación de Cristo Encarnado y de su Madre María...
-¿Es por eso que los artistas te pintan contemplando la Humanidad de Cristo?...
-Así es, Comegén. Contemplar a Dios Humanizado, realmente hecho Hombre como nosotros; atender a Su Palabra y vivir una vida regida por la Liturgia, como perenne alabanza a Dios... Paz y silencio, Comegén...
-¿Silencio, Bernardo?...
-Sí, Comegén, silencio... para escuchar a Dios que vive en el interior del hombre...
-¿Cómo los Padres del Desierto?
-Sí, Comegén, como esos santos varones que renunciaron a todo para tener una relación íntima con Dios.
-¿Y cuál es la virtud dominante que cultivan en el Císter?
-La humildad, Comegén. Esta virtud hace que el hombre se sienta despreciable ante sus propios ojos por su inclinación al pecado. Por la humildad el hombre conoce su propia miseria y es capaz de compartir la miseria del prójimo
-¿Y el amor, Bernardo?...
-El amor, Comegén, es la única manera de vencer la repugnancia por nosotros mismos, y al final del viaje...
-¿Cuál viaje, Bernardo?
-Me refiero al viaje interior, después de una práctica de silencio, la obediencia y la frugalidad, el canto y la Liturgia. Todo esto, Comegén, unido al trabajo manual, que en mi tiempo fue la explotación de la tierra y las propiedades, todo esto por una razón espiritual...
-¿Como los Apóstoles, Bernardo?
-Así es, Comegén. Cuando se vive del trabajo de las manos... seremos verdaderos monjes... Ya lo decía San Benito: "La ociosidad es el enemigo del alma".
-¿Y el libre albedrío, Bernardo?
-Eso, Comegén, te da la posibilidad de elegir: o pecas o te unes a Dios. Por amor a Dios te es posible no pecar y alcanzar la cima y el final de tu viaje interior... que no significa otra cosa que te has reformado a Imagen de Dios.
-¿Te refieres a la plenitud del ser antes del Pecado Original?...
-Así es, Comegén, vuelves a recuperar el estado original del hombre, la unión en el amor con el Creador. El único fin, Comegén, es favorecer la experiencia íntima y viva de Dios donde el alma del creyente se embriague en las cumbres del Amor.
-Eso, Bernardo ¿es el Cielo en la tierra?
-Sí, Comegén, el alma humana puede ya alcanzar en la tierra la unión mística con el Verbo Divino.
-¿Y María, Bernardo?
-¿La Virgen María, Comegén?... ¿Sabes que es Ella el Modelo de la Vida Espiritual Cistercense?... Ella, la Virgen Bendita, es nuestra Maestra y Modelo, siempre pendiente de la Palabra de su Divino Hijo, siempre presente en Su Vida y Sus milagros, siempre presente aún en el dolor; Ella compartió Su Vida y Su Muerte. La Virgen también fue crucificada en el Gólgota. Ahí, al pie de la Cruz, María fue designada Madre de todos los cristianos y Madre de nuestras angustias y dolores. Ella sabe el camino para llevarte al monte de la Redención, donde fue conducido Su Hijo por amor a nosotros. Ésa es la dimensión del pecado, Comegén: llevar a un Dios al suplicio para redimirnos... ¿No es inmenso el Amor Divino?... Nuestro trabajo, Comegén, es recuperar la Gracia y entrar en el círculo íntimo del amor a Cristo...
El Comegén estaba profundamente conmovido y una lágrima rodaba por sus mejillas. Andrómeda interrumpió el relato de la entrevista con Bernardo para dar un reposo al Comegén, que estaba ansioso y sediento con el ánimo elevado al recordar su experiencia en la entrevista con Bernardo. Andrómeda consolaba al Comegén y con su ojiverde mirada, mandó a Arquímedes que le sirviera una copa de vino de Borgoña para dar un poco de color a sus mejillas. Después de un sorbo, le volvió el alma al cuerpo y el Comegén agradeció a Andrómeda por ese gesto fraternal.
En ese momento el chícharo le avisa a Andrómeda que el tiempo del Programa había terminado. Andrómeda dio un suspiro y tomando valor, dijo:
-Queridos radioescuchas, el tiempo se nos ha agotado. Los invito para el próximo Programa del Nido del Comegén para continuar esta vivencia espiritual extrema que ha tenido el Maestro Comegén, en el corazón mismo donde se forjó el detalle espiritual, que es el ornamento de los Santos. Gracias al Comegén, a Arquímedes y al staff de Producción, pero, sobre todo, gracias a usted que tiene la paciencia y el interés por este Programa... Os mando un beso con la fragancia de Borgoña. ¡Chao!
¡Nos encantaría escucharte!
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