¡HAZ CASO AL CORAZÓN MÁS QUE A LA RAZÓN !

¡HAZ CASO AL CORAZÓN MÁS QUE A LA RAZÓN !

Por J. C. M.

¿Por qué el título?... El sentimiento puede más que la razón, es por eso que los gobernantes fallan al aplicar la razón más que el corazón. Los sentimientos pueden más, ellos enferman y también alivian.

Aún en el conocimiento espiritual, el corazón parece estar por encima de la razón. Si no, vean a dos lumbreras del espíritu: Santo Tomás llega a la verdad a través del arduo camino de 24 Tesis, impresas en papel Biblia, para llegar al conocimiento de Dios; y a San Agustín, le basta seguir el impulso del corazón y, en una reflexión muy pequeña, encuentra el conocimiento que buscaba: "Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva; tarde te amé, y tú estabas dentro de mí y yo afuera".

Dios no quiere sabios que lo encuentren en sesudos silogismos, ni tampoco quiere sacrificios y holocaustos, lo único que quiere es "un corazón contrito y humillado", como dice el Salmo 51, que es el tesoro más preciado del pecador arrepentido.

Sólo de rodillas se conoce a Dios, y en esta humillación encuentra la sonrisa de un Dios misericordioso y satisfecho.

La Iglesia te propone un gran supermercado del espíritu y te ofrece los más variados alimentos: para el pobre ofrece la sencillez de un pecador arrepentido; para el espíritu ilustrado, un largo conocimiento a través de la Teología y la Filosofía. Todo vale, hay paladar para todos.

Para los pobres y sencillos (mayoría), da el arrepentimiento; para el estudioso e inquieto, un esforzado camino que no tiene fin, hasta llegar al Cielo.

El mundo, y lo sabemos, no reboza de filósofos y teólogos; éstos son una élite espiritual muy escogida. En cambio, los pobres de espíritu son mayoría. El Evangelio es simple, transparente y comprensible para los sencillos y todo un reto intelectual para los espíritus ilustrados.

Así, Dios tuvo piedad de las mayorías y Su doctrina en Parábolas, es una forma sencilla de trasmitir sabiduría.

"El Magnificat" da testimonio de ello: "Él hace proezas con Su brazo, desprecia a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos".

Esta maravilla de texto, brotó de labios de la más humilde y obediente de todas las creaturas: la Virgen María al visitar a Su prima Isabel.

El Espíritu Santo abrió Sus labios a través de Nuestra Madre Santísima y elevó este canto conocido como "El Magnificat".

Responde a la búsqueda de Dios, de acuerdo con los talentos que Dios te ha dado; si mucho... mucho; si poco... poco. Pero al final del camino, Dios te juzgará no por lo que sepas, sino por el amor que has prodigado.

Dice San Juan de la Cruz: "En la tarde os examinarán en el amor".


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