ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR Y SU REALIDAD ALTERNA
Es el final del sexenio de quien buscó por tres ocasiones la presidencia de la República, 2006, 2012, y en 2018 gana por fin el puesto tan añorado, gracias a los cambios en su discurso, alianzas con sectores empresariales y, sobre todo, a los acuerdos con Enrique Peña Nieto, quien desesperadamente buscaba salvar su pellejo y por supuesto el de sus más allegados: pacto que López respetó, aunque en ocasiones vociferaba, pura palabrería. También es pertinente decir que ciertamente despertó la esperanza en muchos mexicanos ingenuos que ya estaban hartos de las corruptelas de la "nueva generación de priistas" encabezados por el señor del copete.
Se había dicho que el Sr. de Macuspana era un peligro para México y en el transcurrir de su sexenio lo fue confirmando con creces. A los pocos días de iniciado su mandato, provocó la escasez de gasolina. Con el pretexto de evitar el robo de combustible mandó cerrar las válvulas de los ductos de Pemex, pero la realidad era que había dado la orden de suspender la compra de gasolina a las compañías gringas. A partir de ese hecho, inicia una narrativa oficial de los acontecimientos de su gobierno muy ajena a la realidad.
En el mundo de la comunicación se le conoce como "posverdad", que consiste en ir creando una narrativa apegada a la conveniencia del gobernante en turno, considerando fuertemente a su ideología. La realidad queda al margen; si le conviene al gobierno, se toma en cuenta; de lo contrario, permanece la narrativa y es bajo esa lógica que se desarrolla el gobierno de la 4T. Para ello requiere además de todo un equipo de comunicadores que repitan, acríticamente, todo lo que el gobierno comunica y quiere que se difunda, de todo un séquito de aduladores. Los ejemplos más acabados son el tal "Sr. Molécula" y un tal Serrano, pero la lista es más larga; casi todos los que cubren las "mañaneras" pertenecen a este grupo de reptores, (de reptar, de la comunicación). De ahí el odio e intolerancia de AMLO a los periodistas profesionales, por tener pensamiento y criterio propio.
La falta de medicamentos, un problema creado por el mismo Presidente, al suspender su compra por sospechas de corrupción. Nunca hubo acusados formalmente, pero la narrativa era que se estaba combatiendo a los corruptos y que se estaba ahorrando miles de millones de pesos. Los niños con cáncer fueron los más afectados por tal decisión y no hubo poder alguno para que su política cambiara y hasta fueron acusados los padres de los niños enfermos y ellos mismos de estar preparando un golpe de estado. El fracaso del INSABI deja a millones de personas sin atención médica, la respuesta de López: "tendremos un sistema médico como el de Dinamarca", la realidad no importa, la narrativa la suple y se impone, oficialmente terminamos con un sistema de salud "mejor", aún a lo prometido, diría el ranchero "de lengua me como un ciento".
De la violencia generalizada, donde amplias zonas de la geografía nacional se encuentran bajo el control absoluto de los grupos de narcotraficantes, simplemente es negada y a lo más que llega es pedirle a los grupos que le bajen a la violencia, que tengan compasión de las gentes ajenas a su negocio, Generales del Ejército confesando su incapacidad para proteger a los ciudadanos. Pero esa realidad nada importa; de nuevo, lo dicho y pregonado por el Gobierno es lo verdad, fabricada a su conveniencia, pero verdad. Hasta el Gobierno de Estados Unidos resulta ser el responsable de la violencia desatada los últimos días en Sinaloa y muy en particular, en Culiacán.
Y así podíamos seguir enumerando las diferentes narrativas de López Obrador, que a los señalamientos claros de su responsabilidad como titular del Poder Ejecutivo, de las actividades aquí señaladas y su rotundo fracaso; aún aspira a que sus técnicas de comunicación, apartades de toda realidad y con la ayudita de sus periodistas "portátiles", lo libren de la condena de la historia.
La impunidad inmediata la tiene garantizada con su "corcholata" favorita como próxima titular del Poder Ejecutivo. Y si todo le resulta favorable a sus planes, para 2030 la familia López vuelve al poder y la narrativa oficial lo elevará a los altares patrios y se podrá hablar de tú a tú con los grandes héroes nacionales. Lástima "cabecita de algodón" porque los verdaderos historiadores, estamos seguros, se encargarán de refutar tu narrativa, tu posverdad.