¡DURA CONVERSIÓN!
Hoy me encontré en el café a mi "viejo amigo" ... y como es de suponer, nos enfrascamos en una interesante conversación.
Resulta que hablamos de temas muy humanos, de esos que son comunes en familia y que enrojecen de vergüenza a algunos de sus integrantes.
El tema en cuestión fue sobre homosexualidad de algunos de la familia ... ¿cómo lidiar con eso? ... ¿cómo afrontar sus consecuencias? ... y de verdad que es muy espinoso de tratar.
No hay que desconocer que a pesar de la profusa propagación de la ideología de género de que ha sido objeto nuestra sociedad, hay ciudades, como los del centro de la República, que se resisten a tamaños desacatos ... Somos más, los respetuosos de las leyes de la naturaleza, estamos todavía (grandes sectores) chapeados a la "antigüita", y todavía se nos atora en la garganta abordar algunos temas como el que hoy tratamos.
"Pero al hecho: pecho" ... Podríamos tratarlo abiertamente ... pero ... los términos del lenguaje serían escandalosos.
No hay duda, que el acervo de valores que mantenemos en algunos sectores nos perturba el tratar el tema ... pero ¡va!
Todo el tema viene a colación de un video que envié hace días a "mi viejo amigo" y saltó a la palestra en nuestra reciente conversación. Era un video donde una dama de sociedad, entrega en un "altar laico" ... a un gay vestido de frac con falda, para entregarlo a su pareja que espera paciente ante el juez.
Esta escena causa escozor. Ellos, "los contrayentes", son los que menos tienen conflicto. Mientras que los familiares y amigos no logran digerir el asunto de asistir a un enlace gay.
Dentro de nuestra conversación, saltó el tema: ¿Cómo lo tomaron sus familiares y amigos? ... Los padres de los contrayentes, creo que han tenido tiempo para digerir esa inclinación de sus hijos; quizás dio inicio como una "negación de no reconocer el asunto", luego vino una etapa de tolerancia para terminar en una aceptación.
Sus viejos valores tuvieron que dar paso al afecto y amor paternal por ellos ... pero en el asunto no se contempló combatir la inclinación y luchar para cambiar su orientación ... se dejaron llevar por la propaganda y la ideología de género que ha inundado las redes sociales y otros medios de comunicación, sin darse cuenta de la maldad que hay tras esa mentira, que ha engañado el juicio de la sociedad y que sólo pretende despojar a los pueblos cristianos de la moral tradicional, para implantar una sociedad rasa y sin valores.
Luego vienen los amigos, hermanos y conocidos, que, aunque critican en lo privado, lo han aceptado para no crear algún escándalo que "manche" su buen nombre.
Viene otro problema; no hay duda de que los contrayentes tengan un círculo afín de amigos y conocidos de su misma condición y que algunos de ellos acaben siendo testigos o padrinos.
Es común, que, en una variante de la comunidad gay, haya transvestis y el asunto es ... ¿cómo irán vestidos a la boda? ... ellos con vaporosos vestidos y ellas (las lesbianas) con recios atuendos masculinos.
Ha de ser un conflicto decirse, pero como es una "sociedad abierta" todo se vale.
Esta reflexión provoca en el ánimo, de presentarse como quieran, pero ... a la moda y lo más elegantemente.
"Mi viejo amigo" ... tocó el punto de que, ¿qué opinará Nuestro Padre Común del género humano?, o sea, Dios, que en su enorme sabiduría: condena a través de la revelación contenida en las Sagradas Escrituras, con fuertes condenas a los pervertidos contra natura de todos los siglos.
No hay duda de que uno de sus más terribles castigos ha sido la destrucción de las cinco ciudades del Mar Muerto, entre ellos Sodoma y Gomorra.
Para todos los creyentes en la actualidad ... no nos es lícito hacernos de la "vista gorda", al presenciar y contribuir con esta rebelión a los juicios de Dios y tolerar estas acciones que repercutirán en la eternidad.
De verdad, cualquier católico que considere a Dios como Padre Común de la humanidad, debe por todos los medios de rechazar estas actitudes sociales del mundo de hoy, para asegurar su propia salvación.
Definitivamente, mi viejo amigo y yo ... concluimos que ante estas aberraciones, debemos oponernos firmemente en bien de nuestra alma y la de los que más amamos, y oponernos y combatir enérgicamente al movimiento LGTBIQ+, para no lamentarnos al final de nuestra vida ... haber tenido una manga ancha en este asunto.
Ahora sí ... ¡el café bien cargado!