GENOCIDIO CONTRA EL PUEBLO PALESTINO

12.06.2024

Cuando nos enteramos y vemos las escenas del desastre humanitario provocado por el ejército israelí al pueblo palestino, nos indignamos. ¿Cómo es posible que el ser humano se capaz de provocar tanto dolor a sus semejantes? El ensañamiento con la que actúan, las masacres de inocentes, niños, ancianos y mujeres son por "errores", según Benjamín Netanyahu. Y lo peor, el genocidio continúa. Pero, al menos, los medios internacionales lo están dando a conocer y nos damos cuenta de la crueldad de los judíos para con el otro, importan ellos y solamente ellos.

Su actuar ha despertado, por todo el mundo, una serie de protestas, sobre todo de los jóvenes universitarios, y por supuesto que ya están actuando para atender los daños colaterales. Ellos, los judíos, así consideran las reacciones de la sociedad y para ello utilizan a los medios masivos que controlan, para tal efecto. Y aunque parezca una contradicción- ya que se sabe con certeza quiénes dominan esos medios que aludimos, esto se explica por la división entre ellos: sionistas contra antisionistas.

El gobierno israelí siempre está muy dispuesto a hacer valer las decisiones de la ONU, cuando le conviene, e ignorarlas cuando le hace un llamado para detener sus acciones criminales. El Consejo de Seguridad resulta un instrumento rebasado, inútil en la práctica; las potencias lo ignoran en sus resoluciones, que sólo quedan en el plano teórico como testimonio inerte de las naciones débiles de ser defendidas por la justicia. Desgraciadamente es así.

Ya lo hemos mencionado con anterioridad, la fundación del Estado de Israel, artificiosamente en territorio del pueblo palestino, responde a los intereses de un grupo muy poderoso de judíos jázaros: Teodoro Herlz, fundador del Sionismo moderno; David Ben Guiron, quien declaró la fundación del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948; Jaim Weyzamn, presidente de la Organización Sionista Mundial, Golda Mabovitch, mejor conocida como Golda Meir, Isaac Rabin, etc.

Es muy probable que se desconozca quiénes son los judíos jázaros, descendientes del Reino de Jazaria, Reinado de Khazares o Cuazaris, formado por tribus turco-mongol establecido en el Cáucaso, parte de lo que hoy es Ucrania, entre el Mar Negro y el Mar Caspio. Se convirtieron al judaísmo por voluntad propia y muchos de ellos son los antepasados de los askenazíes, dispersos en la Europa Oriental, principalmente, Ucrania, Bulgaria, Alemania, Austria, Polonia, Rumania, etc. obviamente no son de raza semítica, por lo tanto, sus antepasados nunca fueron habitantes de los territorios que hoy ocupa el Estado de Israel, pero lo consideran como herencia de sus antepasados.

La disgregación era necesaria para entender ciertos hechos históricos que deslegitimiza, con argumentos históricos, el comportamiento de los líderes del Estado Judío de origen Jázaro. Existe un libro llamado La invención del Pueblo Judío de Shlomo Sand, historiador israelí y profesor de la Universidad de Tel Aviv, donde trata este tema y otros más al respecto. La mayoría de los estudios que existen al respecto coinciden en que los judíos originarios de los jázaros no son de raza semita. Asunto que los tiene sin cuidado, pues siguen con entusiasmo y creencias de que tienen el derecho, otorgado por Yahvé, de apropiarse de lo que a sus intereses convenga. Ni la ONU, menos los pueblos árabes, tienen el derecho a oponerse a hacer, de la "tierra prometida", la base para apoderarse del territorio y riquezas de otros pueblos. Ya irán encontrando resquicios legales y religiosos para fundamentar su derecho.

Para concluir este brevísimo escrito sobre el tema en cuestión, recordaremos que los palestinos, desde 1948, han estado sufriendo ataques en sus personas y propiedades. Cada vez pierden, de poco a poco, parte de su territorio en los que luego se instalan asentamientos habitacionales de judíos y nadie responde por estas atrocidades. Las propuestas de varios países de reconocer un Estado Palestino son rechazada una y otra vez por los sionistas y esto nos indica que no les interesa la paz y convivir civilizadamente con sus vecinos, despojados injustamente de los territorios que formaban parte de su país.