MUJERES... ¡POR UNA VIDA MÁS DIGNA!... ¡SÍ!
El pasado 8 de marzo marcharon por distintas ciudades del
país, colectivos de mujeres que aceptan denominarse como "feministas", aunque
quizá no sepan qué es el "Feminismo" ni a qué tipo de feminismo
pertenezcan... ¡pues existen más de 20!
El Feminismo, como movimiento sociopolítico, tiene más de 100 años de existencia y con muchas variedades según sea su foco de interés. En sus orígenes (s. XIX), las mujeres pretendieron exigir, sobre todo, el derecho al voto, aunque también clamaron por mejores condiciones laborales y salariales, igualándose a los derechos de los varones. Sin embargo, desde las primeras décadas del siglo XX, las causas feministas en general, tienen sus raíces en la izquierda rusa, europea o norteamericana.
Con el correr del tiempo hasta la fecha, prácticamente todos los "Feminismos" (radical, liberal, anarquista, cultural, abolicionista, marxista, negro, etc., etc.), aunque digan que luchan por ciertos motivos justos y legítimos a favor de la mujer, coinciden en una visión anticristiana de la vida y por eso están a favor del aborto y de la ideología de género. Este común denominador evidencia el mismo origen político y financiero: el de las logias, que desde siglos pasados se propusieron destruir el orden cristiano entre otros medios, a través de la corrupción de la mujer para debilitar la maternidad y la familia, fundamento de toda nación y civilización. A esta labor destructora, hoy se le llama "Reingeniería Social".
Actualmente, uno de los titiriteros que mueven y pagan a organizaciones, grupos u ONG´s anarquistas y feministas en todo el mundo es el anciano y sempiterno especulador y subversivo , George Soros, a través de su "Open Society". En su desesperado afán por imponer el Nuevo Orden Mundial (nuevo estilo de gobierno único y de costumbres como el aborto y la ideología de género), se vale de mercenarios y mercenarias profesionales en la subversión -por eso en las manifestaciones se oyen voces extranjeras-, para hacer destrozo y medio, desestabilizar gobiernos, causar caos y miedo, todo, para ganar adeptos a su causa anticristiana, antinacionalista y antifamilia.
Ciertamente que en estas luchas no todo es malo o falso; para que el veneno sea efectivo debe estar presentado en un atractivo pastel, que engañe a los incautos o ignorantes con sus aparentes bondades.
En el caso de las feministas, sostienen verdades, hechos y casos reales que, a través de gritos, canciones, imágenes, o bailes, logran sumar a sus filas a víctimas reales, familiares o simpatizantes bien intencionadas pero ingenuas.
Aquí, en México, donde abundan los delitos de feminicidios, homicidios en general y de abuso sexual, y ante los cuales reina la casi total impunidad, las feministas se vuelcan a gritos protestando por esa grotesca realidad, incrustada principalmente en el poder y en todo ambiente inmoral.
Estamos de acuerdo con algunos de sus slogans como "Por una vida digna", "No sean indiferentes", "Las niñas no se tocan", "Yo sí te creo", "Ni una más" y "No estás sola". En este sentido nos unimos a las verdaderas víctimas que aún padecen la pena de las vejaciones sufridas en la infancia o en la juventud, en la relación de pareja, o el dolor por alguna asesinada o desaparecida.
Sin embargo, estamos convencidas que estos tristes acontecimientos pueden irse reparando, como todos los males de esta vida, si no total, sí parcialmente. ¿Cómo? Con una buena ayuda psicológica a las víctimas, con el apoyo decidido de las familias por cuidar diligentemente a sus hijas y alejar al agresor, con una educación y/o trabajos en los que constantemente se promueva la superación, con la sana ocupación y autodeterminación de cada una a sepultar ese pasado para construir un presente y futuro más digno, sanando las heridas pasadas, aspirando a formar una bonita familia, o como célibe o profesionista ayudando a otras niñas o jóvenes víctimas.
Es cierto que la vida nos puede presentar muchas cosas injustas o crueles -y no sólo relacionadas con abusos sexuales o feminicidios-, pero ante esas tragedias, todos los seres humanos no tenemos de otra más que salir adelante y sobrellevar con la mejor actitud posible esas penas, superándolas a cada momento.
¡Sí! ¡Hay que luchar por erradicar esos terribles maltratos a la mujer, pero en una lucha inteligente y eficaz!... Nada se gana con quemar, pintarrajear o destruir edificios o templos. Las mujeres ganamos más con Diputadas que propongan leyes justas, con Maestras que enseñen a las niñas a defender su dignidad y legítimos derechos, con Mamás que formen mujeres con valores morales, con mujeres Filántropas que se solidaricen y protejan a las que están en desgracia...
Mujer: en vez de quemar la puerta, la banca, o una imagen sagrada de un templo, mejor atrévete a cruzar esa puerta, arrodíllate en un reclinatorio, y ante un Cristo Crucificado o una Virgen Dolorosa, llora tus penas por insufribles que parezcan, y entonces, sólo entonces... encontrarás la Luz, la Fortaleza, el Consuelo... y la Alegría... para empezar o seguir luchando por vivir... ¡una Vida más Digna!
Por Gabriela M.