QUE EL ODIO TE ACOMPAÑE

El ser humano, creatura de Dios, fue dotado con una serie de atributos que le han permitido superar un sinfín de obstáculos que la naturaleza le plantea desde el inicio de nuestra historia: la geografía, el clima, la habitación, el vestido, el sustento etc. Dios nos hizo seres gregarios y de ahí se derivaron otro tipo de problemas mucho más complicados, comparados con las necesidades primarias.
Como seres gregarios, requerimos un sistema de gobierno, por muy incipiente y rudimentario que sea, el más fuerte, el más inteligente, el de mayor experiencia o algún otro etc. Y conforme la cultura avanza, el sistema de gobierno requiere cambios ya que resulta imposible que un solo hombre resuelva todo tipo de problemas: el aparto de gobierno se va complicando y podemos decir que es proporcionalmente directo al avance en general; entendiendo el término "avance" como la experiencia acumulada para ir resolviendo los problemas con mayor facilidad.
La historia nos enseña cómo las grandes culturas antiguas tenían un gobierno descentralizado, una gran burocracia, un cuerpo de consejeros para asistir al gobernante máximo. Esto se vio en el milenario imperio chino, el imperio indio, los griegos, los Romanos, solo por nombrar algunos. Nosotros formamos parte de la cultura occidental, herederos de Grecia y Roma tan es así, que muchos de nuestros gobiernos aún conservan instituciones que vienen de esas culturas.
En el transcurso de los siglos, el hombre ha conocido todo tipo de gobiernos: de un solo hombre, de un consejo de notables, la mezcla de ambos, la democracia, el autoritarismo, dictaduras. Cada uno de ellos con sus características muy particulares, según el tiempo, tradición, temperamento de cada pueblo; y hasta las circunstancias juegan su papel al respecto.
En el siglo pasado, la humanidad se enfrentó a dos guerras mundiales y no fue otra cosa que un gran choque entre diferentes concepciones, diferentes cosmovisiones, cada cual buscando imponerse al otro. En la Segunda Guerra mundial la alianza del bando de los "ganadores", muy poco duró pues de inmediato se rompió y se dividió el mundo entre la dictadura del Comunismo y la democracia del Capitalismo. Hubo, entre ambos bandos recién desgajados, un enfrentamiento sordo, subterráneo, y espionaje; la famosa "guerra fría".
El sistema comunista fue conquistando país tras país y terminó por dominar a toda la Europa Oriental, China, Corea del Norte y otros países asiáticos. En América, bajo su influencia cayó Cuba, que luego se convirtió en un país muy servil al régimen comunista soviético, desde los años sesenta, para intentar por la vía armada extender su poder en África, Bolivia y otros países musulmanes, además de financiar guerrillas previamente ideologizadas por toda América Latina.
Desde antes del año 1959, caída de Cuba, nuestro país ya sufría las amenazas comunistas y, a partir de esa fecha, el reclutamiento de simpatizantes en el sector obrero, burocrático y sobre todo en las universidades con profesores y estudiantes ideologizados, se incrementó y se hizo sentir, el año de 1968 es el mejor ejemplo. Entonces varios grupos de activistas comunistas convergieron en el mismo objetivo de derrocar al régimen de "la dictadura perfecta" cómo la llamó Vargas Llosa al Partido en el poder. Claro está que quedó en una intentona, pero si el gobierno de entonces hubiera titubeado, México habría caído bajo su dominio.
Los Comunistas no han cedido en su lucha por tomar el poder político. En la actualidad varios países Latinoamericanos han caído en su poder, ya no por la violencia y las armas con grupos de guerrilleros, como en los años sesenta, setenta y ochenta del siglo pasado, sino por la vía democrática. Por supuesto que para ellos esta vía es tan sólo un camino para establecerse en el poder y acabar con competencias indeseables. Nicaragua, Venezuela y Cuba son los ejemplos más acabados al respecto.
Esta es otra vía por la que llegan el poder, pero con el mismo odio y rencor hacia todos. El odio es su principal impulsor para buscar el poder; odian la Constitución, la división de poderes, los órganos de contrapeso, a los empresarios, medios de comunicación independientes, o a sindicatos que no controlan. A la iglesia misma la ven como su enemiga por su influencia que ejerce en el pueblo. El odio y rencor a todo es tan grande, que de ahí sacan las fuerzas para vencer cualquier sentimiento de libertad que pueda brotar en el pueblo. La revolución comunista fue, es y será siempre inspirada por el odio. AMLO y su 4T, son los competidores que se llevan el primer lugar al respecto.