XIPE Y TEPETL
En la sierra más alta de Chihuahua, a más de 3,300 metros de altura, se encuentra el Cerro de Mohinora en el Municipio de Guadalupe. Como a los 2,000 metros de altura, hay un ranchito o caserío donde habitan cuatro familias, venidas de diferentes pueblos y de diferentes etnias. Unos son Rarámuris y otros Tepehuanos. Ahí se detuvieron a descansar unas familias que hace cuatro o cinco generaciones iban de peregrinación hasta la Huasteca de Nuevo León, donde hay un altar muy venerado frente a un agujero en forma de espiral que compite con la Ruta de "Wirikuta".
Por las circunstancias climáticas no pudieron terminar su peregrinación al sitio sagrado y se resguardaron a media montaña del Cerro de Mohinora, quedándose a vivir en ese lugar de apariencia inhóspita, en la que había mucha cacería y no faltó mantenimiento.
Dos jovencitos, uno rarámuri y otro tepehuán habían crecido juntos en una zona de conejos y armadillos. El joven rarámuri se llamaba Juan Tepetl y al Tepehuán le decían Juan Xipe.
En una de sus andanzas por el extinto volcán, donde al lado corría un hilo de agua, colgaron en una rama dos liebres cola negra y un conejo, fruto de su cacería con la resortera. Entonces J. Tepetl le dijo a su compañero con una rama de cacomite, de la cual pendía todavía una flor.
-¿Cuánto hace que se avecinó tu primo "el Paco?...
-Mmh, pos como hace tres primaveras que anduvo por aquí.
-¿Y cuándo va a regresar?
-Pos ya que le den permiso los gringos ¡pa que traiga más dólares!
-Oye... ¿Y tú cómo sabes... eh?
-¡Pos me lo dice por el celular!
-¿La cajita mágica que te regaló?
-Pos sí... ahí me entero de todo lo que pasa en los "unaites".
-¡Ooh! Mmh. ¿Y por qué no te lo trajites?
-Pos tiene que darle el sol para que se cargue... si no, todo se ve negro.
-Pos ya que estamos aquí, cuéntame de los "unaites".
-Pos ¿Qué te diré?, dijo Juan Xipe... El otro día lo prendí y ¿Qué crees?... Que anda un mal por el mundo que anda matando a los viejos y que por eso no ha podido venir.
-¿Está muy mal dese mal?
-Pos mira, él me dice que etá bien pero que está prohibido trabajar, y que a la gente no la dejan salir de su casa.
-¡Achis!... ¿Pos qué mal es ése?
-¡Pos sabe tú!... Que se mueren por montón y luego los queman... ¡no los entierran!
-¡Achis! ¡Pos ha de ser grave ese mal!
Xipe se rascó la cabeza y le dijo a Tepetl:
-Ta feo, pero está más feo lo que me dijo el otro día que hablé con él...
-¡Achis! Pos ¿Cómo le hablas?
-Pos me dijo cómo: hay que apretar la pantalla en unas rueditas verdes... y luego, luego él contesta...
-Oye Xipe... ¿No será cosa del demonio?
-Pos no. Dice Paco que todo mundo tiene uno y se llama "smarpon". Él se encarga de ponerle veintes, como a la rocola que había en San Sebastián... ¿Te acuerdas?
-Pos sí, pero ¡sigue, sigue!
-Pos que viene las "elecciones".
-Oye... ¿Y qué es eso?
-Pos es como aquí, cuando se juntan todos los ancianos para elegir al "Jefe", después de que se murió Zenaido.
-¡Aaah!...
-¿Y cómo se llama el Jefe?
-Pos que le dicen "Trun", y que es bravo con los que te quieren robar tus cosas.
-¿Hay muchos rateros?
-Pos dice que son como... Mmh... de otras ideas... que quieren quitarte la tierra, tus animalitos, los elotes que almacenan y hasta la vieja... si te dejas...
-Eso es malo Xipe... Aquí ya sabes... se llamaban; los despeñamos o les madrugamos.
-Oye y ¿Cómo se llaman si no son rateros?
-¡Pos dice que les dicen "socialistas burros"!
-¡Achis!... Si los burros no roban...
-Pero allá sí...
-Oye ¿Y no se pega?
-Parece que no... Aquí no se ha dado el caso.
-¿Y qué más te dice Paco?
-Que allá las viejas no se casan como aquí; que allá sólo viven juntos.
-Aaah. No le hacen como nosotros aquí cuando hay "boda"; todo mundo vamos a San Sebastián para que los case el "Padre" ... ¡porque sólo así la mujer es de a deveras!
-Pos dice Paco que son así porque no van a Misa, y que hay mucho baile.
-¿Y qué más te dice Paco...?
-Pos que están quemando ranchos y pueblos pero que "Trun" los está calmando...
-Oye Xipe... Nosotros aquí estamos mejor ¿no crees?
-Pos sí, la vida en los "unaites" no es vida... Aquí cazamos, jugamos comemos, rezamos y dormimos, y al otro día, el tata sol vuelve a salir para madurar el maíz... ¡Que más queremos!
-¿Sabes qué Xipe? ¡Ya no asoles tu "smarpon"!