LA CONSTITUCIÓN

LA CONSTITUCIÓN
Por J. C. M.
La Democracia es, sin duda, el sistema político más común en ellos Estados del orbe. Es un método de gobierno del pueblo y para el pueblo.
Hace más de 2000 años que este concepto de gobierno fue concebido en la Grecia Clásica, en la ciudad-estado de Atenas, conocida como polis en el siglo IV a. C. Esta democracia ateniense tiene sus raíces en el sistema Timocrático, establecido en Atenas por la Constitución de Solón en el año 594 a. C. y sustituida después por la tiranía de Pisistrato.
Lo que más ha funcionado es la República (Gobierno de la Ley) y la de Democracia (Gobierno de la gente). Una República Democrática es, en el papel, el ideal del sistema del pueblo para el pueblo.
La Constitución es un texto que codifica el carácter jurídico-político, surgido de un poder constituyente. Este poder es el que define la separación de Poderes (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) y define también sus equilibrios y balances. La Constitución contiene a todas las leyes supremas de los Estados. La Constitución de los Estados Unidos de América es la Constitución Federal más antigua que se encuentra en vigor en el mundo.
Cuando se cambia la Constitución o se reforman sus artículos constituciones, pierden una parte -o todo- de su espíritu por la que fue concebida.
El caso de México ha sido la Constitución de 1917 la que nos ha regido hasta la fecha, con una serie de reformas durante la gestión de los 19 presidentes que han jurado defenderla. Ha tenido casi 700 reformas que han modificado el texto original, de los 136 artículos contenidos en el texto; sólo 22 se mantienen intactos. En los últimos 35 años se hicieron 486 modificaciones, desatándose éstos durante la presidencia de Miguel de la Madrid. El texto original tenía 21,000 palabras y para el final del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, tenía 54, 815 palabras. Según el Dr. Diego Valadés, no todas las enmiendas han sido bien redactadas y ha quedado desfigurada. Su interpretación no la puede hacer cualquiera, sólo los profesionales del Derecho y no un ciudadano común.
Con tanto parche, nuestra pobre Constitución está más confusa que nunca, y urge, no hacer una nueva Constitución, sino reordenarla y quitarle la paja y dolo que le han agregado tantos remiendos, algunos de ellos originados con el pretexto de ponerla al día bajo consignas sexenales -tal como se ha modificado al servicio de la 4T-, o internacionales -al servicio de la ideología de género, etc. -.
Por si alguien tuviera duda al respecto, AMLO ha hecho 25 Reformas constitucionales en su primer año de gobierno. En noviembre de 2019 habló de que sus reformas buscan una "nueva Constitución", aunque dijo preferir omitir dichas palabras para evitar revuelo, y que "...iría despacio porque lleva prisa". Todos sabemos que dichas reformas buscan legalizar el Socialismo con el que siempre ha soñado la 4T.
Nuestra Carta Magna, según dicen, era mucha pieza para su tiempo, a pesar de contener un alma masónica que no obedecía a los intereses del ciudadano común.
Ahora es un galimatías que sólo la entienden los expertos constitucionales y queda su interpretación al criterio e intereses del Gobernante en turno.
¿Para qué tenemos tanta palabrería en nuestra Carta Magna si sólo se aplica y se interpreta según los intereses particulares del Poder?
Aquí en México, sólo están bajo la mirada de la Constitución, los mexicanos que habitamos la República; no se aplica a los 15 o 20 millones de mexicanos que tuvieron que migrar por falta de oportunidades. Tampoco se aplica a la "clase política", y mucho menos, a los que integran el crimen organizado. ¿Y qué decir a los que trabajan en la informalidad? ¿Y los pobres y los indígenas...qué?
¡Nos encantaría escucharte!
Si tienes alguna duda, comentario o simplemente quieres saludarnos puedes dejarnos tu mensaje por este medio y en la brevedad nos pondremos en contacto contigo.