LA IGUALDAD

Este segundo principio del lema tan cacaraqueado por la Revolución Francesa, contenido en la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789, es sin duda, uno de los postulados que contempla el Socialismo desde entonces.

La "igualdad", supone su reconocimiento ante la Ley como identidad de oportunidades políticas, económicas y sociales.

Resulta que Occidente y su sistema económico social, que se basa en la propiedad privada de los medios de producción, la libertad de mercado y la acumulación de capital para generar riquezas, ha ignorado por siempre a la igualdad.

La libertad, desde el punto de vista del Capitalismo, propone que todas las empresas sean libres de conseguir recursos económicos y de transformarlos; a su vez, son libres de escoger el negocio que desean desarrollar, por una fuerza de trabajo libre, con la capacidad de vender su talento al trabajar, a cambio de un salario.

Este sistema ha traído prosperidad para Occidente y, obviamente, una desigualdad para otras regiones. Europa y Norteamérica, considerados también Occidente, han sido creadores de riqueza bajo este sistema, que restringe la intervención del Estado, reduciéndolo al mínimo necesario.

La tecnología aunada al capital, ha transformado la vida de Occidente, dando más bienestar y confort a un ciudadano. En el año 2015, las Naciones Unidas (ONU) redacta una resolución a la cual se adscriben la mayoría de las naciones del mundo; y se trata de la Agenda 2030. Esta agenda concluye que Occidente se ha desarrollado demasiado rápido, en detrimento del resto del mundo, y que, por lo tanto, Occidente debe empezar a decrecer, y este decrecimiento surge de una visión socialista del mundo, la cual, no concibe que cuando más eficiente eres en la producción y más sofisticada sea la tecnología se ha exponenciado el crecimiento y el bienestar de las personas de Occidente, gracias al desarrollo económico.

Me dirán … pero, ¿cómo es esto? … Pues bien, esto es posible con la complicidad de las grandes corporaciones, dependientes de los bancos del Banco Mundial, que también están de acuerdo en decrecer Occidente.

La herramienta que se usa es la ingeniería social para "ablandar" a la población y se pierdan en su vicios y bienestar para luego aplicarles toda la Agenda 2030. Su lema es … "en 2030, no tendrás nada y serás feliz". Tienen razón, han sido tan agresivas las campañas que convencen a las personas para adherirse a locuras como el aborto, la ideología de género, que garantiza la despoblación y el decrecimiento en todos los sentidos.

La ONU, el Foro de Davos, el Banco Mundial y gigantes corporaciones como Vanguard y Black Rock, son cómplices en este plan, para decrecer a Occidente.

Al oponerse Donald Trump a la Agenda, se convirtió en una piedra en el zapato de este plan, ya que él "ingenuamente" cree ganarles la partida.

Para afirmar esto, sólo véase en el espejo de México, y entender esta locura genocida de "la igualdad".

¡Todos pobres, y en un futuro, también esclavos! … ¡Todos iguales!

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