LOS ESTRIBILLOS DE LA MUERTE
¡LOS ESTRIBILLOS DE LA MUERTE!
Ante el grupo de feministas que gritan desaforadas en favor
del aborto, estribillos y consignas como: "Saquen sus rosarios de nuestros
ovarios", o aquel otro: "Feminismo palante, el machismo patrás, Feminismo palante,
el machismo patrás, lara lara lala aaaa. Sí el aborto sí, sí aborto, sí lara,
lara lala aaaaa"; o aquella otra consigna: "Y si yo quiero abortar, bueno y qué
¡bueno y qué! Y si soy menor de edad, bueno y qué ¡bueno y qué!"; o esta otra: "Tú
me quieres virgen. Tú me quieres santa. Tú me tienes harta"; o esa otra: "¡La
familia nuclear, no nos deja abortar! Las mujeres, DECIDEN, la Sociedad
RESPETA, el Estado garantiza y la Iglesia, no se meta".
Tratamos de imaginar el origen de etas consignas y sus estribillos, y se denota, en un análisis superficial, una crítica mordaz al arma sobrenatural de la Virgen María, el Rosario, para rendirle culto a Dios y pedirle a Ella por todos los cristianos y por la conversión de los pecadores.
Si eres una persona que ha bebido del veneno de la izquierda que promueve el feminismo, quizá pienses, que tienes razón al aprobar o serte simpático los estribillos...
Antes, reflexiona en lo siguiente:
Yo soy un ferviente católico, que ama a Dios y a su Santa Madre, y que lo único que lamenta es haber sido tan tibio en algunas etapas de la vida; amo a la Iglesia y a mis hermanos católicos, pero también repudio las doctrinas e ideologías racionalistas y ateas que han engendrado el feminismo; amo, además, a mis hermanos extraviados, pero rechazo el pecado contenido en sus equívocos: "El feminismo palante, el machismo patrás."
Lo único que ha despertado el feminismo con la óptica de la izquierda es el odio, pero el odio a quien deberían amar, al hombre, y han enfrentado, en su afán de la lucha de clases, al hombre contra la mujer: la lucha de los sexos... ¡Deplorable!... Tan bien que nos llevamos... Y plantar el árbol de la discordia en medio del jardín de la armonía familiar, la armonía del amor... Contra la mitad de mi ser... ¡Es terrible y desconcertante!
Estos experimentos sociales e ideológicos son fruto del desencuentro milenario del paraíso... El odio, la envidia, la soberbia y el rencor son los ingredientes de esta tóxica bebida que la izquierda se enorgullece en servir a la juventud de hace tiempo y de este tiempo.
Este odio ancestral trasmitido desde antiguo se manifiesta en otra visión egoísta de ver la vida: el aborto, aplicado en la función humano-divina de la concepción. El mecanismo biológico con que dotó Dios al hombre y a la mujer para ser partícipes en la función de Dios: ¡crear, casi de la nada, a un ser vivo que es un espejo del Ser Supremo!
Ahora resulta que la serpiente antigua vuelve a la carga y convence de nuevo a Eva para que se rebele y le lleve la contraria a Dios... Rechazando el bendito don de la maternidad.
Estos estribillos nos hacen reflexionar y vemos con disgusto y tristeza que han penetrado profundo en el alma de algunas mujeres que con ser pocas, ya son demasiadas. Ojalá que la vida les dé la oportunidad de rectificar el camino y las lleve por el sendero de la felicidad de ser madres.
¡No rechaces la alegría de la maternidad! ¡El aborto es una maldición y el ser madre será siempre una bendición!
¡Nos encantaría escucharte!
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