NUBARRÓN EN EL OLIMPO

NUBARRÓN EN EL OLIMPO

Resulta que Zeus y su pandilla han secuestrado la libertad de las hijas del Olimpo, ayuntados con las hijas de los hombres … y ha decidido coartar las libertades de las musas, que, como todos saben, son hijas del mero Dios de dioses y Mnemosine.

El furor de Clío, es disimulado, el de Eutrepe es melódico y qué decir de Talía, que ha soltado la risa.

Por su parte, Terpsícore baila mientras llora, haciendo un comedión. Erato, por su parte, se la pasa haciendo cartas y Urania, se la pasa viendo el cielo. Polimnia es la más alegre y a todo le encuentra chiste, mientras toca su cítara, elevando su canto hacia el pasado. Caliamne lo toma estoicamente y se crece ante esta adversidad y elocuentemente hace un canto de la situación.

¿Pero, qué pasó? … Resulta, que el celo de Zeus por no ver su poder cuestionado, ha ordenado ferozmente no salir a nadie del Olimpo, dejando confinadas a las musas del arte, la lengua y de la historia.

Los mortales, así tratados, añoran nostálgicamente la presencia de sus musas. Pero, ¡para todo hay maña! Si la hay para los mortales ¿qué no será con los inmortales?

Zeus, ni cuenta se da de los laberintos que busca el amor para el encuentro con el amado. En la asistencia a sus amorosos pupilos, las musas los disfrutan y nunca dejarán de inspirar amores a las artes, a la música y a la historia.

¡No podrán frenar a la verdad!, que, como las musas del Olimpo, busca cauces a sus ríos de información.

¡Tucker te amamos!


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