TERESA O HILLARY

Por J. C. M.

Una teoría descabellada ronda en Internet desde hace cuatro años. ¿Recuerdan los meses previos a las elecciones del 2016, entre Hillary Clinton y Donald Trump?

Resulta que a la candidata demócrata se le vio enferma durante la campaña, al grado de retirarse de un evento oficial por el 11 de septiembre, se le vio titubeante y fatigada. Curiosamente no fue a un hospital público; se retiró a un departamento de su hija Chelsy. A las cuatro horas, salió sonriente, repuesta y en todo su "glamour", cosa que sorprendió a los reporteros que se apostaban fuera del domicilio. Después averiguaron que, en el cuarto piso, había un hospital privado que pertenece a la candidata y luego del desmayo, salió "girita y coleando".

En una entrevista a Bill Clinton, le preguntaron sobre la salud de Hillary y respondió sin pensarlo y dijo: "Ella frecuentemente se desmaya". Después de esto corrigió y editaron la respuesta para la retransmisión.

Los síntomas que la prensa ha detectado en ella son: cefalopatías, deterioro en el equilibrio debido a daño cerebral, incapacidad para deglutir, ataques de tos, ataques involuntarios de risa, especulan que usa Sonda Foley -que se instala cuando el paciente no tiene control de esfínteres y se le traslucía bajo la ropa de la pierna izquierda, incapacidad para sostenerse sentada (usa un artilugio), espasmos y neumonía. Su custodio fue identificado como un connotado neurocirujano que la acompaña a todos lados... y lo más sorprendente: donó millones de dólares para investigación a un instituto en Nueva Guinea, que se dedica a averiguar la enfermedad del "Kuru".

Tal parece que la Hillary que hemos visto los últimos años, es el de una persona saludable que ya no repite esta sintomatología y va y viene con su sonrisa, olvidando el estado de salud del pasado.

Se le ha visto rejuvenecida y más delgada, al extremo que se parece más a Teresa Barnwell. ¿Quién es Teres Barnwell?

Es una actriz muy conocida en el medio como imitadora política y que cobra 10,000 dólares cada vez que la contrataban para hacerse pasar por Hillary.

¿Qué es la enfermedad de "Kuru"?

Es una enfermedad que tiene síntomas iguales a los mostrados por Hillary Clinton y se manifiesta entre 20-50 años después de adquirirla. Esta enfermedad era común en Nueva Guinea entre la Tribu Fores y poco conocida hasta los años setenta del siglo pasado. Al investigar sus costumbres en búsqueda del origen, los resultados dieron que era por el hábito de comerse a sus parientes después de muertos y se trasmitía a las mujeres y a los niños, porque los hombres de la tribu sólo consumían los músculos, mientras que los pequeños y las mujeres se comían la cabeza. El culpable de esta anomalía era una proteína denominada PRIONES y estaba contenida en la glándula plineal o epífisis cerebral. Es una pequeña glándula endócrina que se encuentra en el cerebro de los vertebrados y es la que produce la melatonina. Se encuentra en la base más profunda del cerebro. Ante este hallazgo el gobierno de Nueva Guinea prohibió el canibalismo tradicional y el último enfermo de esta situación murió en 1975.

En el caso de Hillary Clinton es muy conocido su debilidad por el satanismo -muy comentado por cierto- y por los sacrificios humanos en las logias luciferinas, al extremo de consumir los cuerpos de los niños secuestrados en sus rituales. En una investigación del FBI, incautaron un video donde se ve a Hillary en uno de estos sacrificios rituales, que terminaban en canibalismo, al grado de hacer llorar y vomitarse a los férreos agentes del FBI.

La hipótesis de la "rara" enfermedad de Hillary Clinton es atribuida a esta detestable práctica de comer carne humana, sobre todo, la glándula plineal.

Se dice y se comenta en las redes que, como consecuencia de esta ingesta del cerebro, la candidata adquirió la enfermedad del "Kuru" y, aunque tarda muchos años en manifestarse, es letal cuando aparece, que su sobrevivencia no es más de un año.

Así las cosas, nos han mantenido engañados con la tal Hillary Clinton, pero en realidad, la que representa su papel desde hace cuatro años, es nada menos que Teresa Barnwell.

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