¡VAYA FIN DE AÑO!

¡Pocos fines de año han estado tan movidos y calientes como este 2024!

Hace mucho, que el mundo no veía un fin de año tan convulso y peligroso como el presente. El mundo se enfrenta a su extinción en los pocos días que le quedan. La guerra atómica es una posibilidad terrible en estos días. Por un lado, al fin de su mandato el Presidente Biden estira la liga provocando a la Federación Rusa al límite para que reaccione.

¡Esta provocación no mide las consecuencias para la humanidad! Biden, que va de salida, trata de causar el mayor daño posible al Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.

Por su parte, Benjamín Netanyahu, aprovecha la caída del régimen de Bashar al-Ássad para posicionarse del sur de Siria y, destruye su infraestructura bélica. Tal parece que, el Presidente Putin, no metió las manos al ver el acuerdo entre Assad y la administración Biden para derribar al régimen de Siria y entregarla a Netanyahu, en el que parece que Rusia no es ajeno a este acuerdo.

¡Todo habla de traiciones y se aprecia una voluntad de entregar Siria a Israel! … Por su parte, Turquía tampoco es inocente y su traición al mundo árabe es evidente. Decía un connotado geopolítico: el que domine Medio Oriente domina al mundo. Así que, la caída de Siria sólo beneficiará a Israel y a Turquía y, el resto del mundo árabe queda aislado del Mediterráneo y Siria dividida, para repartirla entre sus vecinos.

La ambición de las naciones no tiene límite, Siria ha caído en manos del Sionismo que espera implantar el Gran Israel, mientras que Rusia ha sido distraída en Ucrania para dejar hacer lo que ha pasado en Siria.

La caída del régimen de Siria es el preludio de un Globalismo Sionista a nivel occidental, mientras la OTAN ataca a Rusia, tratando de debilitar la respuesta de la Federación Rusa para recobrar Siria.

Por otro lado, las tensiones entre las Coreas anuncian un conflicto atómico… China presiona en su vecindario para someter a Japón y Taiwán.

Estas reyertas son el reacomodo global de los dos polos de poder: el occidental y el oriental; que ya casi quedan definidos, limpiando las injerencias en ambos polos, que se muestran al final del Gobierno de Biden y la asunción de Donald Trump.

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